Pucará es un pequeño pueblo que que quise conocer desde que fui al Museo Nacional de arqueología y antropología e historia del perú ( Lima). Quedé fascinada con los impresionantes monolitos que ví y con el poco conocimiento que se tiene sobre esta cultura. Me prometí a mi misma que, si algún día iba a Puno, iba a conocer el centro arquelógico de Pucará. Los dioses confabularon para que este viaje se hiciese posible, pues mi novio Jimmy está trabajando en Ayaviri, ciudad que se encuentra a 30 minutos de Pucará, se llega en camioneta (2 soles) por una carretera asfaltada y rodeada de pampas colinas altiplanicas, que, en el mes de Seiembre lucen aun amarillentas y desérticas.
El pueblo es pequeño, sus habitantes amablemente te indican donde se encuentra el centro ceremonial, tomado la calle al lado izquierdo de la catedral se toma una cuesta no muy empinada y se llega al museo (que nosotros obviamos) se sigue ascendiendo hasta llegar a la entrada donde un enorme muro del INC dice Pucará.... Buscamos la presencia de algún vigilante, un control, pero nada. Grande fue nuestra sorpresa al descubrir que las ruinas estaban totalmente abandonadas, las únicas personas que allí se encontraban eran los pastores con sus ovejas...esta experiencia no me pareció desconocida del todo, me sucedió lo mismo cuando estuve en la única piramide Inca del Perú : Vilcashuamán. Es realmente una lástima que el INC llegué hasta allí para poner su letrero y tenga estos centros arqueológicos tan abandonados... lamentablemente hoy en día todo es negocio y Cusco es la vedette de la situación, olvidando así tantos lugares maravillosos e importantes que formaron parte de nuestro pasado, y forman parte aún de nuestro presente.
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